Fuad Chahin, Partido Demócrata: “Nos perdimos la oportunidad de perfilarnos como alternativa de centro”
El exdiputado y exconvencional lamenta que este proceso tampoco haya terminado con un gran acuerdo y cree que “Chile Vamos cometió el mismo error del PS, tenía los votos, pero no tuvo el carácter para frenar esos gustitos”.
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Al abogado, expresidente de la Democracia Cristiana (DC) y exconvencional, parte de esa minoría que no fue escuchada en el primer proceso, Fuad Chahin, no le acomoda la posición adoptada por el novel partido en el que milita. El Partido Demócrata, encabezado por la senadora Ximena Rincón, nace justamente a raíz de la primera coyuntura constitucional, cuando ella junto a su par Matías Walker y otros descolgados del falangismo, se escindieron de la postura institucional, impulsando el “rechazo” a la propuesta de la convención.
“Uno de los problemas (de esta propuesta) es que en algunas materias incluso trata de clavar la rueda de la fortuna respecto de políticas públicas, estableciendo una sola mirada. Y una Constitución tiene que permitir que los gobiernos y mayorías parlamentarias puedan expresarse”.
-¿Qué efecto tiene la definición de Demócratas?
-A diferencia del proceso anterior, aquí no nos estamos jugando ni la democracia ni la integridad del país. Este es un texto constitucional que tiene normas positivas, normas negativas… Si nos quedamos con la actual Constitución se la puede reformar por 4/7.Es más difícil hacerle cambios al nuevo texto, porque el quórum es más alto.
-Desde su punto de vista, ¿el consejo cumplió con el mandato?
-El Consejo Constitucional, controlado por la derecha, fracasó en el desafío de entregarle a Chile una propuesta fruto de un amplio consenso, que le dé estabilidad al país en el largo plazo. El Partido Demócrata tomó la decisión institucional de estar “a favor”, la respeto, aunque tengo una opinión distinta.
-¿Está por votar “en contra”?
-Estoy en reflexión. Mi postura era que el partido fuese prescindente, porque un partido que aspira a ocupar el centro, tiene que subrayar lo ocurrido.
-¿Cómo así?
-Dos fracasos constitucionales, el de la izquierda radical en la convención, que afortunadamente sucumbió, porque tenía un proyecto desintegrador del país; y el de la derecha, porque aunque se apruebe, ya falló en la promesa de una Constitución que fuera factor de unidad; generar amplios consensos que nos permitan zanjar esta discusión constitucional por décadas.
-Tiene bajas expectativas de la propuesta.
-Lamentablemente, en lugar de ser un factor de unidad, se está transformando en un factor más de polarización, de una discusión binaria que, además, nos aleja del principal debate de la ciudadanía, que es ponernos de acuerdo para resolver los problemas de delincuencia, crecimiento, desempleo, pensiones, etcétera. Esta polarización hace más difíciles esos necesarios acuerdos. Respeto la posición del partido; pero creo que nos perdimos una gran oportunidad de perfilarnos con más fuerza como una alternativa auténticamente de centro.
-Quienes están a favor consideran que esos temas se resuelven muy bien en la propuesta.
-Uno de los problemas es que en algunas materias incluso trata de clavar la rueda de la fortuna respecto de políticas públicas, estableciendo una sola mirada. Y una Constitución tiene que permitir que los gobiernos y las mayorías parlamentarias puedan expresarse, a la hora de implementar políticas públicas, por ejemplo, en materia de seguridad social, educación, trabajo, salud. Desde ese punto de vista, esta peca de sectarismo y un excesivo sello identitario. Esos fueron los gustitos que se dio el Partido Republicano; y Chile Vamos cometió el mismo error del Partido Socialista, tenía los votos, pero no tuvo el carácter para frenar esos gustitos.
“No me veo en un partido que actúe con complejo de derechista”
-¿Ambos proyectos fracasaron?
-En lo político, independiente del resultado del plebiscito, ambos órganos y las mayorías que lo controlaron, fracasaron. Me hubiese gustado que se hubiese propuesto al país un texto habilitante, para que los gobiernos, las mayorías parlamentarias, pudieran discutir e implementar las políticas públicas.
-Desde su punto de vista, ¿no se aprendió la lección?
-Se cometieron algunos de los mismos errores, probablemente, ahora con mayor elegancia, mayor formalidad, sin poner cosas tan desquiciadas en el texto; pero se volvió a un excesivo sectarismo.
-Entonces, ¿cuál es su posición de cara al plebiscito?
-Mantener la prescindencia. Porque es una manera de mostrar mi molestia con los polos. Con la izquierda radical, por lo que hizo en el primer proceso; con la derecha radical, por lo que hizo en este segundo proceso. Espero que la ciudadanía entienda que el camino real para los acuerdos y terminar con esta lógica que nos divide y nos entrampa es optar por el centro.
-¿Qué siente de que a Demócratas se le relacione más con la centroderecha que con el centro?
-Me fui de la DC, porque había renunciado a ocupar el espacio del centro político y actuaba con complejo de izquierdista. No me veo en un partido que actúe con complejo de derechista. Demócratas es un partido que está formándose, que tiene una opinión clara en torno a buscar acuerdos, en materia previsional, tributaria, laboral.
No pierdo la esperanza de que Demócratas se decida sin complejo a representar al electorado que hace tantos años está huérfano de representación política y que es un centro con carácter, con personalidad y sin complejo de izquierda ni menos de derecha.